domingo, 22 de marzo de 2015

Universidad: suficiencia, eficiencia y equidad

Suficiencia:

Una financiación estable y suficiente de la educación superior es uno de los principales retos a conseguir. No debe considerarse un gasto, sino una inversión.

La OCDE recomienda que sea del 1,5% del PIB el gasto en educación superior. En España supone el 1,13% PIB, en Austria el 1,56%, en Holanda el 1,7% y en Dinamarca el 2,44%. La media en la UE está en el 1,27% del PIB.

La financiación debe estar en sintonía con los objetivos de una renovación de la universidad que sea capaz de impulsar y orientar las reformas de excelencia a las que debemos tender.

Hacen falta fondos adicionales para impulsar centros de investigación que puedan competir con los más prestigiosos del mundo, y evitar así la marcha de científicos al extranjero. Para ello los campus deben especializarse y captar demanda. Todo esto ya lo llevan haciendo con gran éxito en Alemania y Francia desde el año 2006.

Eficiencia:

La eficiencia en la gestión requiere vencer viejas inercias y una reorientación de los gastos. Debemos avanzar en la incorporación de nuevas técnicas e instrumentos de gestión.

Lo más antisocial es no ser eficiente con el gasto público que los ciudadanos pagamos con los impuestos.

Equidad:

La financiación también debe responder a la equidad: tasas, becas, etc. En Alemania se han eliminado las tasas académicas en la universidad.

Contribuiremos a una mayor equidad en el acceso a la educación superior abriendo las puertas a un mayor número de estudiantes talentosos provenientes de capas socio-económicas deprimidas.

Una universidad inclusiva implica atender a la diversidad  y asegurar la igualdad de oportunidades en el aprendizaje, y su plena participación e integración; es decir, crear una sociedad más justa y un sistema educativo equitativo.