jueves, 26 de junio de 2014

Unificar el Sindicalismo más allá de las posturas políticas

No al sindicalismo fraccionado. Claro que se puede ser parte de un esquema político y, sin tener que renunciar a nada de lo que se cree, fortalecer las estructuras sindicales en su acción sindical a un grado más elevado. No sé si todos los sectores se podrán unir pero todo lo que no se intenta nunca se logra.

El fraccionamiento sindical en los últimos tiempos se debió por distintos posicionamientos políticos, pero no suele haber divisiones para las cuestiones gremiales. Los intereses de los compañeros y compañeras y los derechos de los trabajadores/as están por encima de todo eso.

Posiblemente para el día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras se podrían estimular las experiencias organizativas, democráticas y participativas en las que se desarrolle la unificación del sindicalismo de forma sensata y eficaz. Es decir, avanzar hacia la unidad de los trabajadores/as para obtener mejores resultados.

Un ejemplo lo tenemos en la “Confederación de Sindicatos Alemanes“ (DGB -Deutscher Gewerkschaftsbund-) formada por 16 sindicatos y con unos 7 millones de afiliados.

La DGB lucha por una sociedad solidaria, tanto en el trabajo como en los ingresos que deben ser repartidos con justicia. La DGB ofrece conceptos de futuro para una economía de mercado social, luchando por modernizar humanamente el trabajo y organizar con justicia dicha actividad laboral.

La DGB preconiza que todas las personas deben poder contar con las garantías sociales también en el futuro, pues necesitan seguridad para poder planificar su vida, formar una familia y prever para el futuro. Sólo sobre esta base cada persona estará preparada para aceptar nuevas exigencias y tomar iniciativas en la vida laboral. Esta es la base irrenunciable para una sociedad laboral moderna.

La DGB en su web (http://es.dgb.de/ ) nos comenta literalemnte:

La DGB en cuanto a los Convenios: justo en estos tiempos inseguros económicamente los convenios colectivos protegen las condiciones salariales y de trabajo, que entretanto muchos consideran natural. Sólo unos sindicatos fuertes pueden negociar convenios colectivos de obligado cumplimiento y garantizar su función de protección, orden, organización y paz.

La DGB y la participatión de los trabajadores: el derecho de participación de los trabajadores/as es una parte central de la democracia. Gracias a la participación de los trabajadores/as se asume la responsabilidad social, lo que asegura la paz social. La participación de los trabajadores/as incrementa la calidad de vida de la persona, al conseguir un margen de maniobra individual. Por tanto, a todos los empleados se les debe garantizar un máximo de responsabilidad propia y libre determinación.

La DGB y la formación: los rápidos cambios en nuestro mundo laboral hacen que las calificaciones globales para todos los trabajadores y trabajadoras sean cada vez más importantes. Por ello, los empleados deben tener acceso a las ofertas de formación y de formación continua. Armados de este modo todos pueden responder, conscientes de su propio valor, a los desafíos de un mercado laboral global, de gran conocimiento.

La DGB y el mercado laboral: sólo una recuperación duradera de la situación económica puede encauzar el giro que se necesita con urgencia en el mercado laboral alemán. Mediante una política financiera flexible y ofensiva se pueden crear y conservar centenares de puestos de trabajos. La "ofensiva para el empleo y crecimiento económico" de la DGB ofrece en este caso soluciones eficaces a largo plazo.




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